¿OS PASA A VOSOTROS TAMBIÉN?

No se lo que me pasa últimamente; no dejo de confundir ficción con presente.

¿Serán las primeras consecuencias digitales en generaciones audiovisuales?
¿O quizás es algo más personal?

Cierto es que mi cerebro criado en lo analógico y a la antena de dos cadenas, no sintoniza bien SmartTVs y se marea ante el 3D y con los juegos virtuales. Pero además, entre las gafas progresivas y la presbicia, en este último par de años, todo se me difumina o me suena de memoria a revivals de VHS y UHF. Y entre que veo y no veo, y qué veo; y entretanto, no dejo de confundir la ficción con la realidad…

¿Os pasa a vosotros también?

Puede que sea la acumulación de horas frente a la pequeña pantalla. O el signo de los tiempos
Tal vez, he abusado de exposición ‘a la candela del televisor y me han hecho rehén las musarañas’ (como diría Vetusta Morla); soy de esos afortunados desempleados que podemos ir al día con las series de cualquier cadena en cualquier plataforma, y hasta incluso comparar informativos por si hay cambios de guión del presente.
El caso es que se me mezcla el telediario con mi dosis de ficción diaria.

Y algo hay; algo tengo… ¿Realidad aumentada?

Posible herencia de aquello de ‘si sale por la tele, debe ser verdad’

No concibo la vida sin Ficción; desde que tengo uso de razón. Y no hablo de la literaria -que también- sino de la televisiva; que dicen vive su edad de oro y se ha ganado la letra capital.
Para entender la realidad o para evadirla. Y para comprender la propia; porque como decía Twain, “lo que diferencia realidad y ficción es que ésta última, ha de tener sentido”
Y como decía Truffaut, “siempre he preferido el reflejo de la vida a la vida misma”
No concibo, pues, la vida sin Ficción.
Y como terapia, como ajuste de programación, lanzo este piloto, este primer post.

Games of Thrones

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